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Arquitectos: EFEEME arquitectos
- Área: 81 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Gonzalo Viramonte
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Entre las transformaciones que se vienen dando en el modo de consumo de productos alimenticios en el último tiempo, la del mercado de congelados como modalidad exclusiva era algo inédito en la ciudad de Villa María. FRISTO nació como una marca con identidad propia a partir de esta oportunidad de mercado, y estableció como una meta principal encontrar un lugar estratégico dentro del tejido urbano para emplazar su vidriera comercial.
El diseño de este proyecto plantea a este rubro innovador como un generador del concepto que guía su desarrollo con la utilización de materiales, formas y texturas que evocan lo frío, lo gélido, lo congelado, y hacen hincapié en la exclusividad de estas características en cada producto ofrecido.
El programa de necesidades contaba con elementos pre-establecidos que componen la infraestructura indispensable para la conservación y exposición de los productos. Pero aunque estos módulos pudieron parecer, en principio, una limitación espacial, se convirtieron en la oportunidad de valorizar las superficies interiores de la envolvente como espacios para desarrollar la propuesta.
El cielorraso se utiliza para desplegar una serie de piezas transparentes puntiagudas que, geométricamente organizadas, recorren líneas en horizontal creando una ilusión de movimiento que imita el congelamiento del agua convirtiéndose en cristales de hielo. Este efecto se materializa gracias a paneles de hule cristal, colgados de varillas metálicas sujetadas al cielorraso, que rotan progresivamente y se desplazan en el eje de cada una de las franjas delimitadas por la modulación del espacio, que se proyecta desde el suelo hacia el techo a través de líneas verticales compuestas por cintas metálicas espiraladas.
La superposición de elementos transparentes y tornasolados genera un interesante juego visual de brillos y tonalidades que varía según el impacto de la luz. El logotipo e isotipo de la marca, hechos con siluetas de neón, se reflejan en los paneles transparentes del techo, los cristales de los ventanales y el mostrador, haciendo presente a la identidad de Fristo en sitios diversos que van cambiando según la perspectiva.
Desde el ingreso del local se puede visualizar completamente el recorrido sugerido para el usuario, que comienza en el sector de exposición y autoservicio alrededor de una isla de freezer horizontales rodeada de freezer verticales donde los productos se ubican clasificados: carnes rojas, pescados, mariscos, vegetales, frutas, panificaciones, helados. Luego, en el sector de embalaje y caja, el vendedor completa la operación de compra y entrega el pedido.
El mostrador es una pieza selecta de pureza visual: un prisma de cristal que parece despegarse del suelo. Allí se exhiben algunos productos complementarios a las compras, cuyas siluetas se van desdibujando a medida que el cristal se convierte en translúcido. Este mismo efecto se aplica en los ventanales, que invitan a ingresar al recinto para divisar completamente el interior, sólo dejando transparencias en las partes superiores. Un detalle estético innovador es el revestimiento de las superficies verticales interiores con láminas de aluminio texturadas que completan la materialización del juego de brillos y reflejos planteados desde el inicio de la propuesta.